¿Nombre?
José Molina Melgarejo. Pepe para los amigos.
¿Nacido en?
Granada
¿Obra u obras que has publicado?
Tengo una veintena de libros publicados. De ellos destacaría mis tres novelas: Mañana
de domingo, Aquellas maravillosas vacaciones y Urgencias, así como algunos de mis
poemarios, como Reverso y anverso. Poemas de largo recorrido, Travesía sentimental y
Paisaje interior. Poemas de última hora.
¿Recuerdas a qué edad empezaste a escribir?
Siendo muy pequeño. Creo que a los 11 años ya me encantaba escribir pequeños
relatos.
¿Un cuento o libro que te marco de pequeño?
Hay muchos, porque en el colegio en el que estudiaba cada semana teníamos que leer
un libro, además de los que cada uno quisiera leer. Pero, si tuviera que elegir uno, tal
vez Miguel Strogoff, de Julio Verne, fue el que más me impactó de pequeño.
¿Estás leyendo algún libro o cuento en estos momentos?
Estoy empezando a leer el de un amigo mío titulado Aquellos «segundos» de primera,
un precioso libro dedicado a aquellos maravillosos actores secundarios del cine y el
teatro español que hicieron historia.
¿Una estación del año en concreto para escribir?
Cualquiera me vale. Sigo un protocolo diario para escribir, sea cual sea la estación del
año, aunque está claro que me gusta más en primavera o en verano, por la luz que me
llega de fuera.
¿Una canción?
Difícil elegir una, teniendo además en cuenta que vengo de una familia de músicos.
Permitidme que escoja tres de mis muchas favoritas: Las hojas muertas (Yves
Montand), Lucía (Joan Manuel Serrat), Desayuno con diamantes (Audrey Hepburn).
¿Cuál es o sería tu lugar favorito para leer?
Cualquiera. Cuando leo me concentro en cualquier sitio, siempre que sea cómodo,
claro está, como un sillón o un sofá.
¿Y en qué lugar te sientes más cómodo escribiendo?
Solo escribo en la terraza cubierta de mi casa. Vivo en una planta baja y mi mesa de
trabajo está al lado del ventanal desde el que puedo disfrutar del jardín de la
urbanización. Un sitio ideal para ejercer el noble arte de escribir.
¿Un postre?
Soy muy goloso. Si tengo que elegir uno, como buen granadino que soy, un pionono,
sin descartar un poco de tarta de nata con fresa o un helado de ron con nata.
¿Qué cosas de la vida cotidiana pueden llegar a inspirarte para escribir?
En realidad, muy pocas. A la hora de buscar historias o argumentos para escribir, echo
mano de mis propias experiencias personales, de mi propia historia emocional. No
escribo sobre algo de lo que nada sé ni nada siento
¿Crear o versionar?
Crear, por supuesto. No concibo escribir sobre algo que no haya ideado yo.
¿Un color?
El azul
¿Un personaje literario?
Creo que ninguno, aunque hubo un tiempo, siendo un adolescente, en el que era un
fan incondicional de Madame Bovary. Pero poco más.
¿Un lugar al que fuiste y que nunca olvidaras?
Cualquiera de las localidades de Noruega en las que viví de pequeño.
¿Algo que hiciste y que te arrepientes de no haberlo hecho antes?
Literariamente, haber podido dedicar más tiempo a escribir, pero mi trabajo en el
mundo editorial no me permitía sacar mucho tiempo para escribir cosas personales.
¿Qué te gustaría encontrar al final del camino de baldosas amarillas?
En sueños, a la propia Judy Garland susurrándome al oído Over The Rainbow. Fuera del
sueño, dejar de ser un escritor en la sombra, especialmente en mi faceta como poeta.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar a escribir o publicar su cuento o
libro?
Que lea mucho para que no deje de aprender; que intente escribir con mucha
regularidad, y que no se obsesione con la idea de tener que publicar.
Por último… ¿eres más de Caperucita o del Lobo?
Creo que más bien de la Abuelita. Me inspiraría mucho más si tuviese que escribir algo
sobre el cuento.
Escuchar
Fuente Youtube