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¿Nombre?
Diego López Rapado


¿Nacido en?
Nacido en Zamora en 1983, es un autor que actualmente reside en Getafe, Madrid.
A pesar de su ajetreada vida madrileña, Diego encontró en la lectura su refugio y su pasión,
aprovechando los momentos libres de los que disponía para sumergirse en historias
fascinantes. Su imaginación y su creatividad lo llevó a plasmar muchas de sus historias en
papel.

¿Obra u obras que has publicado?
Su primera obra, «Las lágrimas de la luna (2022)», obra ganadora en el 4º certamen de “Mis
cuentos infantiles”. Es un conmovedor legado que comenzó como una historia contada para
ayudar a dormir a su hijo.
«La hija del zapatero (2023)» obra nominada a los premios Letrame en la categoría de relato y
cuento. Nos regala su peculiar toque de magia y aventura, creando una trama encantadora
que seguro perdurará en la memoria de los lectores.
«Diferente (2024)», es un relato que nos transporta a un mundo gris normal donde su
protagonista Martina nos hará ver que podemos soñar con un mundo lleno de colores y que
no hay nada de malo en ser Diferente.


¿Recuerdas con qué edad empezaste a escribir?
Creo que siempre he escrito, no soy consciente de cuándo empecé a hacerlo. Me cuesta
relacionarme con la gente; soy un tipo solitario y más bien callado. Quizás de ahí surge la
necesidad de escribir, a veces tonterías o letras sin sentido en un papel. He escrito obras que
se han perdido en algún cajón o incluso en algún sobre enviado a alguna editorial.
Últimamente trato de guardar lo que escribo, pero soy un desastre. Aunque es agradable
encontrarse de vez en cuando con algún texto de esos perdidos.


¿Un Cuento o libro que te marco de pequeño/pequeña?
El Señor de los Anillos fue mi primer beso con la lectura. Creo que a partir de ahí surgió un gran
lector. Recuerdo que, estando en tercero de la ESO, una profesora pidió recomendaciones de

lecturas y en mi clase yo recomendé El Hobbit. Para mí, Tolkien fue un maestro sin
reconocimiento. Quizás ahora me costaría más volver a leer El Señor de los Anillos, pero
siempre que me pica el gusanillo, releo El Hobbit y me reencuentro con Bilbo.


¿Estás leyendo algún libro o cuento en estos momentos?
Siempre que puedo, leo algo. La verdad es que últimamente he quedado huérfano de sagas o
libros que me gustaban o seguía. Sigo esperando a Patrick Rothfuss, que saque Las puertas de
piedra y termine la trilogía, o a George R. R. Martin, que me hizo ver la serie sabiendo que los
libros eran mejores, pero no podía esperar a ver qué pasaba con Jon Nieve. O mi querido
Alatriste, que aunque Falcó es un digno sucesor, no puede reemplazar a ese viejo soldado que
usa su espada más por profesión que por pasión. Quizás ahora leo más para aprender y poder
poner en práctica lo leído, con el fin de poder crear algo propio, que por el mero hecho de
disfrutar de la lectura. Aunque a veces me gusta recuperar algún libro ya leído para volver a
encontrarme con sus personajes.


¿Una estación del año en concreto para escribir?
No sabría decirlo. Hay meses en los que puedo escribir mucho y meses en los que, aunque
quiera, no soy capaz de escribir nada. Al no poder dedicarme solo a la escritura, muchas veces
la época del año la marcan más los factores externos.


¿Una canción?
Empecé muy joven con Platero y el rock ha sido una parte muy importante dentro de mi
desarrollo musical. Me gustaría poder acudir a algún concierto en directo de Fito; si es en
Bilbao, mucho mejor. Quizás la de Me equivocaría otra vez.

¿Cuál es o seria tu lugar favorito para leer?
El metro. Creo que ha sido el lugar donde más horas he invertido en la lectura, y para mí hay
cierto romanticismo en sentarme en un vagón y coger un buen libro. Sería difícil contar las
veces que he deseado que el viaje durara un poco más para tener el tiempo suficiente para
terminar la novela que estaba leyendo.


¿Y en qué lugar te sientes más como/cómoda escribiendo?
No tengo un lugar específico para escribir; las mejores ideas no esperan a que estés sentado
en una mesa cómodo o a que lleguen a la hora que te has marcado para escribir. A veces he
sentido la necesidad de sacar el portátil y ponerme a escribir, por ejemplo, mientras iba de
copiloto en el coche o desvelarme a las cuatro de la mañana y tener que plasmar en un papel
la idea o el sueño en el que estaba inmerso. En ese aspecto, creo que mis sueños juegan un
papel muy importante; la verdad es que vivo verdaderas aventuras en ellos.


¿Un Postre?
Tarta de queso. Tampoco puedo decir que no a una buena torrija; la verdad es que es un
postre simple, pero que ha evolucionado mucho. Lo he probado en restaurantes que son
auténticos maestros en prepararlo. Los churros con chocolate en esas frías tardes zamoranas
de los meses de invierno son un clásico. Aunque cualquier cosa dulce me vale. Nunca digo no a
un buen postre.

¿Qué cosas de la vida cotidiana pueden llegar a inspirarte para escribir?
Nunca sabes lo que realmente te puede llegar a inspirar para escribir. A veces las mejores
ideas surgen cuando no se buscan. Jamás pensé que un cuento contado por las noches para
dormir a mi hijo pudiera llegar a convertirse en mi primer libro publicado.


¿Crear o versionar?
Siempre que se pueda, crear. Aunque últimamente pienso que quizás una gran versión pueda
ser incluso mejor que una buena creación.


¿Un color?
Azul. Aunque dicen que me queda mejor el rojo.


¿Un personaje literario?
Diego Alatriste y Tenorio. A pesar de que soy partidario de finales felices, Arturo nos deja claro
que el desenlace de esta saga concluye con la muerte de uno de sus dos protagonistas.


¿Un lugar al que fuiste y que nunca olvidaras?
Nueva York. Es una ciudad con encanto; poder pasear por sitios míticos o incluso cruzarte con
algún rodaje mientras saboreas un café para llevar caminando por sus calles. Me encanta decir
que podemos quedar en la quinta esquina con Broadway.


¿Algo que hiciste y que te arrepientes de no haberlo hecho antes?
Cumplir sueños. Me da miedo lanzarme a la piscina y suelo mirar al abismo antes de saltar.
Pero reconozco que nunca me he sentido más vivo que cuando veo un sueño cumplido. Tengo
una lista demasiado larga de deseos sin cumplir, pero espero tener muchas velas de
cumpleaños para soplar y poco a poco seguir cumpliendo sueños. Me arrepiento de no tener el
suficiente valor para intentar cumplirlos todos a la vez.


¿Qué te gustaría encontrar al final del camino de baldosas amarillas?
Paz. Los viajes siempre empiezan por un primer paso y lo bonito de ellos es todo lo que se
aprende por el camino. La mochila siempre se llena de cosas importantes, pero al final de todo
buen viaje debería haber un asiento cómodo, una bebida fría y sentir esa satisfacción del
objetivo cumplido.


¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar a escribir o publicar su cuento o libro?
Que escriba, que escriba mucho, porque el mundo de la escritura es muy difícil y la práctica
hace al maestro.


Por último… ¿eres más de Caperucita o del Lobo?
Sin lugar a duda, yo soy lobo, pero vestido de Caperucita. No me gustan los encasillamientos y
creo que la vida está llena de demasiados grises como para tener que decantarme por un
blanco o un negro.

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